El plan para acoger el Museo del Vino no satisface a los bodegueros

LILIANA DEL VALLE/ VILLAFRANCA/el mundo-la cronica.— Más de la mitad de las bodegas ubicadas en el municipio de Villafranca se muestran públicamente dispuestas a apoyar al Ayuntamiento en la pugna por lograr que la sede del futuro Museo del Vino se instale definitivamente en la villa, aunque la mayor parte de estos bodegueros no creen que la candidatura de Villafranca se esté gestionando debidamente desde el Consistorio. Reconocen la ventaja que en ese sentido está tomando Cacabelos, un Ayuntamiento que está movilizando todos los medios posibles para alzarse con la sede tal, como se puso de manifiesto en la pasada edición de la feria del vino cuando presentó el ambicioso proyecto del nuevo recinto en el que iría emplazado el citado museo y cuando en una, más que oportuna, operación de marketing aprovechó la visita de miles de personas para recoger firmas de apoyo a su proyecto, una campaña que a día de hoy continúa abierta en todos los bares y establecimientos de la localidad.
El alcalde de Villafranca, Vicente Cela, considera que lo más importante es tratar de cumplir los requisitos que exige la Junta. «No entendemos que haya necesidad de movilizar a los vecinos, tenemos razones y argumentos más que suficientes para que se ubique aquí y eso es lo que vamos a defender y demostrar ante el Gobierno regional», puntualiza.
En los próximos días se concluirá el anteproyecto que está elaborando Samuel Folgueral en el que se contempla la propuesta de adecuar el antiguo convento de la Divina Pastora hasta convertirlo en el centro museístico. Según Cela, esa será la propuesta que el Consistorio presentará a la Junta para defender la idoneidad de Villafranca como futura sede del proyecto museístico. «No será la única porque nosotros seguimos pensando que el mejor lugar sería la casa de Gil y Carrasco, la finalidad de este museo es ser un escaparate al exterior y la calle del agua es paso obligado de peregrinos y cuenta con un goteo constante de gente a lo largo de todo el año», matiza Cela. Parece ser que la historia, la tradición o el número de bodegas y hectáreas no serán tan determinantes a la hora de decidir el municipio que acogerá el proyecto museístico y, a falta de una opción mejor, este se instalará en la localidad que con más habilidad haya jugado sus cartas.
Cacabelos ha puesto sobre la mesa la cesión de los terrenos para hacer realidad un ambicioso recinto ferial que además del museo, daría cabida a 51 puestos, 30 de ellos exteriores y espacio para exposición y venta de productos agroalimentarios de la comarca.