¿en que año vivimos?
Comerciantes de Villafranca piden al Ayuntamiento que impida abrir a un bazar chino
P. Díaz/dl
La batalla del libre mercado no sólo es terreno de las grandes potencias o de las grandes multinacionales y prueba de ello es lo ocurrido en Villafranca en los últimos días, donde un grupo de comerciantes han alzado las espadas, pidiendo al Ayuntamiento que adopte medidas para impedir la apertura de uno de esos bazares que popularmente conocemos como chinos. Sin embargo, los frentes de la batalla se han multiplicado y ahora son otros los regentes de negocios que saliendo a la luz pública tachan de «racista» la situación creada y defienden el derecho al libre mercado. En este sentido, se preguntan si estas personas hubieran puesto trabas «si el nuevo bazar en vez de ser propiedad de Chin Lu fuera de Pepito Pérez» y ante la disyuntiva consideran que una respuesta negativa sólo puede llevar a la conclusión de que «es un tema de discriminación por la raza, es decir, racismo, que en el XXI se considera anticonstitucional y una clara violación de los derechos humanos». Por el contrario, afirman que una réplica positiva significaría que «un grupo de comerciantes están intentando limitar los derechos al libre mercado y a la competencia», lo que, en su opinión, convierte a la villa en «un feudo aparte, una ciudad sin ley o el Macondo de Márquez». Ante esta situación, piden a los regentes de los negocios que se han mostrado contrarios a la apertura del bazar que recapaciten, que no se olviden de la época del español emigrante en países como Canadá, Francia o Suiza y que tengan en cuenta que la competencia siempre ha existido. «Gracias a ella los servicios son cada vez mejores y los productos de mayor calidad», subrayan, a la vez que instan a los descontentos a que «llenen el depósito de gasolina, crucen el Manzanal y observen minuciosamente como funciona el resto del mundo».
La batalla del libre mercado no sólo es terreno de las grandes potencias o de las grandes multinacionales y prueba de ello es lo ocurrido en Villafranca en los últimos días, donde un grupo de comerciantes han alzado las espadas, pidiendo al Ayuntamiento que adopte medidas para impedir la apertura de uno de esos bazares que popularmente conocemos como chinos. Sin embargo, los frentes de la batalla se han multiplicado y ahora son otros los regentes de negocios que saliendo a la luz pública tachan de «racista» la situación creada y defienden el derecho al libre mercado. En este sentido, se preguntan si estas personas hubieran puesto trabas «si el nuevo bazar en vez de ser propiedad de Chin Lu fuera de Pepito Pérez» y ante la disyuntiva consideran que una respuesta negativa sólo puede llevar a la conclusión de que «es un tema de discriminación por la raza, es decir, racismo, que en el XXI se considera anticonstitucional y una clara violación de los derechos humanos». Por el contrario, afirman que una réplica positiva significaría que «un grupo de comerciantes están intentando limitar los derechos al libre mercado y a la competencia», lo que, en su opinión, convierte a la villa en «un feudo aparte, una ciudad sin ley o el Macondo de Márquez». Ante esta situación, piden a los regentes de los negocios que se han mostrado contrarios a la apertura del bazar que recapaciten, que no se olviden de la época del español emigrante en países como Canadá, Francia o Suiza y que tengan en cuenta que la competencia siempre ha existido. «Gracias a ella los servicios son cada vez mejores y los productos de mayor calidad», subrayan, a la vez que instan a los descontentos a que «llenen el depósito de gasolina, crucen el Manzanal y observen minuciosamente como funciona el resto del mundo».